México es el décimo tercer emisor de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel internacional, durante la Conferencia sobre el Cambio Climático en París (COP 2015), el país se comprometió a reducir el 30% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero para 2020. Este reto ha puesto a los gobiernos, sociedad e iniciativa privada a buscar soluciones en conjunto.
El cambio climático es un problema ambiental que ha sido provocado principalmente por la actividad económica: los procesos industriales, la manufactura, el transporte, la generación de electricidad y el abastecimiento de bienes y servicios. “Todo esto requiere de la extracción de materia prima y el procesamiento de combustibles fósiles, además de procesos de transformación que son altamente contaminantes”, explica Luis Aguirre-Torres, presidente de Cleantech Challenge México, concurso que reconoce a las mejores empresas verde del país.
Por ello, agrega el experto, se ha planteado un modelo de economía circular que busca minimizar el impacto negativo de dichos procesos, promoviendo el rediseño y reutilización de materiales, reduciendo el desperdicio y la contaminación. En los últimos 10 años, “desde panales solares hasta vehículos eléctricos (productos y servicios verdes) han ganado aceptación, pero aún no logran la ‘paridad’ con la alternativa que buscan desplazar, pues las regulaciones y los incentivos favorecen a los productos convencionales”, explica Aguirre-Torres.
Pero este panorama está cambiando con la creación de incentivos para las empresas como las compras verdes y el impuesto al carbono, aunque todavía falta educar a empresas y sociedad sobre los beneficios económicos y ambientales de los productos verdes. Así que mientras se da este cambio de cultura, lo cierto es que “la demanda por estos productos ha aumentado y aún excede la oferta, creando así una gran oportunidad económica para emprendedores capaces de desarrollar soluciones innovadoras, sustentables y económicamente viables ”, dice el experto.
Si aún tienes duda del potencial que tiene la industria verde te invitamos a leer los modelos de negocios de cuatro empresas dedicadas a innovar en agua, agricultura, residuos orgánicos y energía, las cuales que forman parte de los 40 semifinalistas de la novena edición de Cleantech Challenge 2018.
Apuesta por ‘curar’ el suelo
- Empresa: Biotecnología Mexicana
- Tecnología: Agricultura y conservación
El suelo es uno de los recursos naturales que parece haber quedado en el olvido, aunque no para Ramón Bacre, ingeniero en biotecnología, que creó la empresa Biotecnología Mexicana, dedicada a secuestrar carbono atmosférico para mitigar el calentamiento global.
“El suelo es uno de los elementos más importantes para garantizar la seguridad alimentaria de una nación y mitigar el calentamiento global, pero no se toma en cuenta”, advierte Ramón. Más de la mitad del suelo del país está degradado o erosionado, situación que debería ser un tema de seguridad nacional.
Por su paso por la maestría en ciencias de la tierra en la UNAM, Ramón conoció la tecnología del biocarbón. Y en 2013, desde su ciudad natal Teziutlán, Puebla, decidió abrir una empresa que convirtiera a la agricultura en una actividad regenerativa, que secuestre el carbono atmosférico en el subsuelo, en lugar de ser una actividad económica que emita más del mismo.
Junto con su joven equipo, el emprendedor convierte el CO2 de la atmósfera, a través de un proceso de pirolisis de biomasa, en un carbono que trabaja en suelos como biofertilizante. Su propuesta de valor, a diferencia de su competencia directa que son todas las empresas que producen fertilizantes, está en el biocarbón que retiene nutrientes en la raíz de las plantas, lo que aumenta su capacidad en las etapas de desarrollo y a diferencia de un fertilizante químico, que solo se aprovecha el 30%, la permanencia en el suelo con el biocarbón aumenta hasta en 50%.
En México, hasta ahora la tecnología del biocarbón ha estado enfocada en la generación de energía, pero en este caso se utiliza como biofertilizante, los nutrientes que recibe la tierra ayudan a detener la erosión del suelo y, además, reducen el carbono que existe en la atmósfera, lo que disminuye el efecto invernadero. Otro beneficio es su impacto en la comunidad, pues puede ayudar a mejorar los ingresos de productores agrícolas al hacer sus tierras más productivas.
Hoy, el equipo de cuatro personas, tres de ellas mujeres científicas -Mariana Miguel, Verónica Muñiz y Yamily Rossini -, está enfocado en proveer biofertilizante al mercado de limón persa para productores de Puebla y Veracruz. El precio del producto es de entre 8.5 y 9 pesos el kilo.
Los grandes desafíos de Ramón ahora son aumentar su cartera de clientes para incrementar las ventas, además de conseguir financiamiento ya que hasta ahora, sus actividades han sido financiadas por sus ahorros y con deuda. Por ello está consciente que ahora el 70% de su tiempo debe enfocarlo en aumentar las ventas. “Siempre queremos primero el financiamiento, pero el primer reto debe ser identificar al cliente y tener un equipo de trabajo sólido, si tienes esas dos bases lo que sigue es mucho más fácil”, dice Ramón.
Los grandes desafíos de Ramón ahora son aumentar su cartera de clientes para incrementar las ventas, además de conseguir financiamiento ya que hasta ahora, sus actividades han sido financiadas por sus ahorros y con deuda. Por ello está consciente que ahora el 70% de su tiempo debe enfocarlo en aumentar las ventas. “Siempre queremos primero el financiamiento, pero el primer reto debe ser identificar al cliente y tener un equipo de trabajo sólido, si tienes esas dos bases lo que sigue es mucho más fácil”, dice Ramón.
Por el momento, él y su equipo trabajan en una estrategia comercial para ofrecer a gremios de productores una capacitación y la aplicación de insumos a cambio del pago de una suscripción anual. Además, están trabajando desde hace casi dos años en un programa piloto, para identificar a productores con familiares migrantes en Estados Unidos, que puedan adquirir la suscripción para que sus familiares en México reciban la capacitación y los insumos biológicos que hagan sus parcelas más productivas.
Otra medida que ha tomado Ramón es contratar cada vez a más mujeres, porque asegura que desde que su equipo está conformado por más de ellas, opera de una manera más eficiente. Y reflexiona: “En la ciencia, a las mujeres no se les da el lugar que merecen. No deberían estar segregadas”.
Agua limpia y ahorro energético
- Empresa: CleanWatt
- Tecnología: Agua
La biomasa -materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, usado como fuente de energía- es considerada la piedra angular de la transición hacia una energía limpia. De acuerdo con estudios hechos por la Red Mexicana de Bioenergía, para 2030 la bioenergía (que surge de la combustión de biomasa) ayudará a disminuir 23% las emisiones de dióxido de carbono.
Y aunque ese año se ve lejano, en México ya hay empresas que preparan el terreno para cumplir con esa expectativa. Una de ellas es CleanWatt, fundada en 2015 por Juan Pedro Gómez, quien inició su carrera en la industria energética realizando instalaciones eléctricas en plazas comerciales y oficinas. “Quería hacer una empresa dedicada a la energía limpia y con la reforma energética vi la oportunidad”, cuenta.
En 2016 trabajó en un fondo privado dedicado a impulsar empresas que generen energías limpias. “Estuve un año en Washington y ahí decidí crear un área enfocada a biomasa y trabajar con biodigestores”. Una vez en México, se dio cuenta que crear un biodigestor que genere de 500 kilowatts a un megawatt cuesta cerca de 1 millón de dólares, algo que solo pueden pagar las grandes trasnacionales por el costo-beneficio, y no los ganaderos, dueños de rastros y ranchos, donde abundan los desechos orgánicos que se convierten en gases generadores de energía.
“Otro problema que encontramos fue la falta de cultura de la separación de basura, entonces obtener residuos orgánicos de calidad se complica más”, dice el creador de CleanWatt. Él y su equipo siguieron pivoteando la idea durante dos años más. Fue hasta el inicio de 2018 cuando encontraron la oportunidad para comenzar a hacer rentable su idea de negocio a través del tratamiento del agua.
El negocio de CleanWatt se basa en ayudar a las empresas a limpiar el agua que tiran al drenaje -evitándoles así costosas multas por parte de la Semarnat- la cual lleva desechos orgánicos que se convierten en energía, misma que es usada por la compañía que pagó por el tratamiento.
“En CleanWatt generamos biomasa a través del tratamiento de agua; para eso, creamos un producto que se llama el Black 100, un líquido totalmente orgánico y patentado, que básicamente limpia el agua”, explica Juan Pedro. Para ello, primero hacen un diagnóstico para identificar el tipo de agua que la empresa está tirando y calculan la cantidad de Black 100 que se necesita para extraer la biomasa (desechos orgánicos), que terminará degradándose a gas, para luego ser inyectado a un dispositivo que genere electricidad.
La empresa factura hoy cerca de 1 millón de pesos mensuales y entre sus clientes están Pilgrims, multinacional de alimentos, y Dana México, proveedora de autopartes de Nissan. Juan Pedro resumen el beneficio de sus servicios en ayudar a las empresas a descargar agua limpia, al mismo tiempo en que generan energía. Además, dice, impactan en el bolsillo del consumidor pues las empresas mitigan su costo eléctrico para que esto no aumente el precio de sus bienes y servicios.
Por ahora, el plan de Juan Pedro es entrar de lleno al sector alimenticio donde los desechos orgánicos abundan y hay oportunidad de generar energía.
Composta que nutre a la tierra
- Empresa: Tierra Permanente
- Tecnología: Recolecta de residuos sólidos
La decepción hacia la industria alimentaria y combatir la degradación del medio ambiente, han sido los dos principales motores de Patricia Iglesias para crear Tierra Permanente, una empresa que transforma residuos sólidos orgánicos de la Ciudad de México en composta de alta calidad. En el país se generan 42 millones de residuos sólidos al año, equivalentes a 175 veces el volumen de la pirámide de Teotihuacán, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Es una misión de vida, hacer las cosas de mejor manera para todos. Toda la industria alimentaria se enfoca en producir comida para ganar dinero y no en cuidar a las personas y el ambiente”, dice Isabel, ingeniera en alimentos. Tierra permanente, nació en Ectagono, un ecosistema de emprendimientos socio ambientales creado hace tres años por Érica Valencia. Este proyecto ocupa una hectárea de la barranca de Tarango, protegida por el gobierno de la Ciudad de México desde 2009.
Los residuos orgánicos que son enviados a los rellenos sanitarios generan gas metano al descomponerse, lo que puede resultar hasta 80 veces más dañino que el CO2, aunado a que contaminan los mantos freáticos. Por lo que, entre menos basura orgánica vaya a los rellenos, se mitiga el efecto invernadero y el cambio climático.
Tierra Permanente tiene una alianza con Giornale, el restaurante de platillos healthy food, a través del cual recolecta los residuos orgánicos para llevarlos a Ectagono. Ahí, Isabel y su socio Salvador Vázquez, ingeniero en sistemas ambientales, usan el método de compostaje Berkeley para transformar los residuos en un proceso de 20 días. Su valor agregado es que adicionan inoculaciones de microorganismos para crear una red de hongos debajo del suelo, que permita captar más agua, para que las plantas crezcan más verdes y en un menor tiempo, lo que también ayuda a reducir las plagas.
Cada kilo de composta lo venden en 15 pesos y parte de las ganancias va a reforestaciones, por cada árbol sembrado hay captura de CO2 y una recarga de mantos freáticos. “Es un producto local, la mayoría de fábricas de composta están fuera de la ciudad y no existe algo como el que hacemos aquí”, dice Salvador. La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y Manos a la tierra, son los dos principales clientes de Isabel y Salvador, gracias a que Ectagono tiene alianzas con ellos.
El mayor reto que han enfrentado Isabel y Salvador es convencer a los restaurantes que separen sus residuos y hacerles entender que no es una obligación del gobierno recogerlos en caso de que superen los 50 kilos. “La recolección y transformación de residuos tiene un costo asociado y ahí es donde las empresas y restaurantes deben estar dispuestos a pagar”, explica Salvador.
A mediano plazo, su meta es sumar más restaurantes para tener una mayor producción de composta y que éstos accedan a pagar por la recolección de sus residuos. “Queremos sacar un programa de adopción de bosque: tú me das tu basura, la transformo en composta y con la cuota que me pagas puedes adoptar ciertos metros cuadrados del bosque de Tarango”, dice Isabel.
Otras líneas de negocio que tienen es la instalación de muros verdes y consultoría para hacer huertos urbanos y escolares, servicio que empieza con una visita de diagnóstico por 400 pesos y sigue con una propuesta económica de acuerdo al presupuesto del cliente. Pero, por ahora, una de sus metas más ambiciosas es invertir en maquinaria para producir un mayor volumen de composta. Para esto esperan no solo acceder a financiamiento privado, sino a los proyectos del nuevo gobierno de la Ciudad de México para bajar fondos o concesiones y seguir con la labor de compostaje.
Asesor personal de energía solar
- Empresa: Invictus
- Tecnología: Energía y Tecnologías de la Información
Ianis Defendini, de nacionalidad francesa, llegó a México hace nueve años para estudiar en el Tec de Monterrey Campus Toluca. Venía por un intercambio académico y se quedó en aquella ciudad para comenzar a incubar una empresa cuyo objetivo es aprovechar el potencial de la industria solar.
“México estaba produciendo casi el 80% de su electricidad con combustibles fósiles. Ahí me di cuenta que había algo qué hacer”, explica. Acto seguido, fundó Invictus, compañía dedicada a la instalación de energía solar para casas, aunque al poco tiempo dejaron estos clientes para ir por parques solares. “Dejamos las casas porque no había una cultura que apostara por la energía limpia y nos fuimos a proyectos más grandes. Compramos tres terrenos en Chihuahua para vender energía a empresas textileras”, cuenta.
Eso significó la creación de tres proyectos a gran escala; sin embargo, la reforma energética invalidó lo que estaban haciendo, porque dejaron de entregar permisos de autoabastecimiento y la Comisión Reguladora de Energía cerró durante un año y medio. “Como nuestro permiso de autoabastecimiento estaba en trámite tuvimos que rematar los tres proyectos de 6 megawatts”, explica Ianis, quien estableció un parque solar “de tiempo compartido” donde comercializaban energía limpia.
De ese fracaso, Ianis aprendió que la alfabetización para empresas y ciudadanos sobre un tema que podía resultar ajeno, o complejo, era la clave. Necesitaba darle un giro a su modelo de negocio así que creó una plataforma para que la gente entendiera y conociera cuánto gasta en luz y después pudiera comparar, con distintos proveedores de paneles solares, cuál es su mejor opción para bajar su pago por concepto de luz.
Pero la idea es, a decir del creador de Invictus, más integral y honesta: “Queremos ayudar a que la gente entienda que sí le conviene la energía solar”. Aunque hoy el término coaching puede estar trillado, es como define Ianis el trabajo que hacen en la plataforma: “somos un coaching de energía totalmente gratuito. No importa si eres industria, comercio o casa. Somos asesores personales de energía y te ayudamos a elegir la mejor opción para disminuir el costo de tu recibo de luz”. Todo se basa en un análisis algorítmico que responde a la pregunta: ¿Cuál es mi proveedor ideal de energía solar?
¿Cómo funciona? El emprendedor francés lo explica así: “Nuestra plataforma te permite que conectes tu recibo de luz a ella, descargamos tu historial (de consumo eléctrico) y de ahí partimos para hacerte una recomendación”. Luego, viene el trabajo de comparación, análisis y, en términos cualitativos, el valor agregado de Invictus. “Tenemos 80 proveedores calificados en nuestro market place aunque cerca de 250 usan la herramienta para ver lo que está haciendo la competencia. El objetivo es ayudar a que el cliente potencial encuentre al proveedor que responda a sus necesidades”.
El paso final ya no está en sus manos, dice el emprendedor. “Después que procesamos toda la información numérica, el usuario tiene dos opciones: invertir (en paneles solares) o contratar un esquema de leasing”, explica Ianis.
En los últimos seis meses, la empresa mexicana ha crecido en tráfico web un 45%, lo que representa más de 10,000 usuarios activos, la mayoría de ellos clientes potenciales. Incluso, Ianis presume que convierten cerca de 20% de los prospectos. Y aunque por razones de privacidad no dice cuál es la comisión que cobran a los proveedores, sí explica que su negocio consiste en hacer “match solares”, que desde su creación en 2017 ya rebasan los 3,000 contratos.
Muchas gracias por la información. Gran aporte de esta web. Saludos!