La fauna en México es fascinante, variada y muy colorida (tanto como el país que habita). Muchos de los nombres que hoy usamos para nombrarla son versiones en español de su original en náhuatl, el idioma del imperio Azteca en Tenochtitlán.
Aquí van diez animales que también forman parte de la identidad mexicana.
1.- Ajolote
Este pequeño animal tiene su hábitat en ríos y lagos del centro de México, y se ha convertido en un símbolo de la conservación en el país. Está considerado en peligro de extinción y solo se lo encuentra en algunas partes de Xochimilco.
Su nombre en náhuatl, Axólotl, proviene de las palabras Atl “agua” y Xólotl, criatura mítica que, para escapar a la muerte, podía transformarse en otros seres. Y algo de eso tiene: es una especie de salamandra que puede vivir para siempre en su estado larvario, con cola membranosa y branquias que le salen de la cabeza, y de un color rojo intenso. Es inofensivo, aunque si llega a causar más de un susto…
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2.- Cacomiztle
El cacomiztle, o cacomixtle, es un mamífero muy parecido a un mono, a un gato y a un mapache, ¡todo al mismo tiempo! En náhuatl era conocido como Tlacomiztli, donde tlaco es “medio, mitad” y miztli es “felino”. Se le puede ver en los desiertos del norte de México, en las selvas del suroeste y hasta en los lugares silvestres al sur de la Ciudad de México, como Xochimilco y Milpa Alta.
Puede trepar ágilmente a los árboles, corriendo o brincando para despistar a los depredadores, y es de hábitos nocturnos. Lo mismo come frutas y bayas que pequeños animales, como roedores, insectos o aves. De noche su mirada se “enciende” como la de un gato, aunque de día tiene los ojos más tiernos que nadie pudo haber imaginado. ¡Cosita!
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3.- Cenzontle
Aunque en apariencia no es tan bello, el cenzontle o sinsonte tiene una peculiaridad. Su nombre náhuatl, centzontli, significa “el de las cuatrocientas (voces)”, tal como lo elogia un poema atribuido al rey poeta Netzahualcóyotl. Su canto es tan exacto que puede imitar tanto a animales como a personas, e incluso se dice que puede imitar a máquinas u otros objetos. Habita no solo en todo México, sino también en gran parte del sur de Estados Unidos y otros países como Cuba y Nicaragua.
Nota de color: este animal inspiró al sinsajo (un ave que puede imitar sonidos con gran exactitud) de “Los Juegos del Hambre” (si, la trilogía de libros y películas), en combinación con un pájaro ficticio, el charlajo.
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4.- Ocelote
Si en Tenochtitlán hubiera existido YouTube, seguramente el emperador Moctezuma habría subido vídeos de sus ocelotes jugando en sus suntuosos palacios. El hermoso animal es muy parecido a los jaguares, solo que mucho más pequeño, haciendo que parezca más bien un gato de piel pinta. Las diversas especies que existen están en peligro de extinción y su caza está prohibida. En México solo se le encuentra en todos los estados de la costa del Golfo, como Veracrúz, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán. Su nombre náhuatl se mantiene casi intacto: Océlotl.
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5.- Guajolote
¿Quién no ha silbado o aplaudido frente a este animal para que el macho efectúe su sonoro llamado de apareamiento? Una de las aves emblemáticas de México, pariente de las gallinas y conocido en Estados Unidos como “pavo”, el guajolote tiene las mismas características que el vecino del norte. En México también usado como alimento, en caldo de guajolote o con mole y arroz, así que lo podemos observar en todo México, donde sea que haya criaderos de estos animales para su consumo.
Su nombre viene de huexólotl. Es forma que la criatura Xólotl (es decir, el Ajolote) tomaba para transformarse en ave y esconderse en las granjas, seduciendo mujeres. ¡Gordo-gordo-gordo!
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6.- Chapulín
Si eres entomofóbico (que tiene miedo extremo a los insectos), vas a sufrir demasiado aquí. Este saltamontes mexicano, un poco más pequeño y regordete que el saltamontes común, se puede encontrar normalmente a finales del verano en varias partes del país, especialmente en los bosques y pastizales. Ha servido como alimento durante cientos de años, preparándose en suculentos platillos gourmet o solo como botana, asados en comal con chile y limón. Además, su fama es tan grande que le dio nombre, por un lado, a Chapultepec, el “cerro del chapulín” donde está el parque natural recreativo más grande de la Ciudad de México, y por el otro… ¡al Chapulín Colorado!
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7.- Mapache
Su nombre en náhuatl Mapachtzin significa “mapachito”, y a pesar de lo tierno, no deja de ser muy listo y hasta peligroso. Este animal-ladrón es reconocido por su habilidad para escurrirse por las noches a los botes de la basura o a las despensas y robar la comida. Sus patas delanteras (o manos) son tan sensibles que pueden encontrar los alimentos en la oscuridad más profunda. La curiosidad del mapache radica en que mete a lavar su comida en el agua… algunos creen que lo hace como una costumbre de sacar comida de las riberas de los ríos, otros dicen que en realidad lavan sus manos para así mantenerlas húmedas y funcionales siempre.
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8.- Tecolote
“Cuando el tecolote canta, el indio muere”, dice el dicho popular repetido en la película “Tizoc” (1956), donde actuaban los grandes Pedro Infante y María Félix. Esta especie de búho endémico de México causaba miedo durante las noches, ya que solo escuchar su canto era tomado como mal augurio. A pesar de las leyendas, el tecolote es inofensivo. Su nombre, que viene de Técolotl –“búho” o “pico torcido” (tentli, labio o pico; colihui, corvar o torcer)-, también era usado para nombrar a aquellos vigilantes o policías que pasaban por las noches cuidando las casas.
Ya que su presencia se ha dado en casi todo el país, hasta un equipo de soccer mexicano tenía a esta misteriosa ave como su símbolo y mascota. Y hoy, hay muchas iniciativas que le toman el nombre prestado, incluyendo un colectivo de arte.
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9.- Xoloizcuintle
Si hablamos de razas de perros, el xoloizcuintle o simplemente escuintle es una de las razas más codiciadas en el mundo entero. Al ser considerado como un animal en peligro de extinción, en el zoológico de Chapultepec se conserva una manada pequeña, y sus precios como mascotas suelen llegar a niveles exorbitantes. Sin embargo, para los aztecas, más que animal de compañía servía como alimento, engordándolo para luego comerlo en suntuosas fiestas y celebraciones. Era también usado como ofrenda para los muertos, ya que creían que el espíritu de estos perros guiaría al difunto al más allá.
Su nombre Viene de Xólotl, otra de las formas del mítico animal, y de itzcuintli, nombre náhuatl de la especie misma. Y no es feo: solo es incómodo de ver, dicen…
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10.- Zopilote
El Tzohpílotl es otro animal que ha causado miedo a más de uno (incluida mi madre). De menor tamaño que los buitres, se les suele ver volando en círculos por encima de animales viejos o muertos, en especial en zonas áridas o de pastizal del país. Más allá de la mala fama, el ser carroñeros es benéfico, ya que se deshacen de enfermedades que suelen traer los cadáveres abandonados.
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