¿Ya sabes qué cenar en Navidad? Si aún no, seguramente ya lo sospechas, pues en estas festividades decembrinas la comida siempre es la misma. Aunque hay algunos que se dicen estar aburridos de ella, la verdad es que es riquísima.
Las recetas navideñas son tan clásicas que no nos ponemos a pensar el por qué o de dónde vienen. Para desviar la conversación de tu tía preguntando por el título, novia o novio, te dejamos esta información:
Bacalao a la vizcaína
Todo empezó cuando los pescadores de Bilbao se adentraron en las aguas del norte en busca de ballenas. Entonces llegaron al mar de Barents,donde conocieron el bacalao noruego y utilizando el método de salazón transportaron al delicioso pescado.
Sin embargo, fue hasta 1836 que un error casual dio origen al platillo. Simón Gurtubay Zubero era un comerciante en la ciudad de Bilbao; un día hizo un pedido por telegrama de 120 piezas de bacalao, pero fue malinterpretado por un millón ciento veinte filetes.
Este excedente seguro lo hubiera llevado a la ruina, pero al poco tiempo la ciudad fue sitiada tres veces debido a la Primera Guerra Carlista; la única fuente de comida resultó ser el bacalao en salazón, forzando así a la población a ser creativa. De este evento surgieron muchos de los platillos que han hecho famoso al País Vasco, entre ellos el bacalao a la vizcaína: un verdadero clásico de las cenas navideñas.
Cerdo
Originalmente no había ningún banquete especial para la fecha, sino que se comía lo mismo que el resto del año, solo que preparado con mejor calidad o en mayores cantidades.
El plato principal navideño por excelencia era la cabeza de jabalí o cerdo salvaje, animal muy fácil de encontrar en toda Europa. La costumbre viene de los escandinavos quienes al terminar la temporada de caza le ofrendaban un Jabalí a su diosa Freyja, conocida en la mitología por montar dicho animal.
Actualmente, y por las distintas referencias culturales alrededor del mundo han surgido recetas derivadas del cerdo para preparar en estas fechas navideñas, por ejemplo lechón, pierna o lomo.
Pavo
Los aztecas lo conocían como guajolote, es una palabra proveniente del náhuatl y significa “payaso de agua”o “payaso de la selva”. Las culturas antiguas mexicanas no celebraban la navidad, ellos celebraban el solsticio de invierno pues significa el comienzo de un nuevo ciclo.
El tradicional pavo fue introducida a españoles durante la conquista, ellos lo llamaban Ave de Indias por el parecido que hallaban con las aves orientales.
Fue entonces hasta el año 1528,cuando Fray Pedro de Gante tuvo la idea de festejar la primera navidad en México, convenciendo al pueblo ha adoptar esta tradición europea.
Es entonces como el pavo, se convierte en un producto económico y sustancioso para alimentar a una gran cantidad de personas durante las fechas decembrinas.
Romeritos
Los romeritos son un “quelite”, derivado del náhuatl quilitl, que significa “hierba comestible”, y son en el ingrediente principal del plato que nunca falta en nuestras mesas cada Navidad, en la cena de fin de año y en Cuaresma.
Durante la época prehispánica, los quelites eran plantas muy valoradas por los aztecas y hoy en día siguen siendo un alimento muy importante para la gente del campo, por sus grandes beneficios nutricionales y medicinales.
Para la llegada de los españoles, eran vistos como maleza, ya que crecían entre las milpas o en las orillas de los caminos, lo cual disminuyó un poco su consumo.
Sin embargo, nadie se imaginaría en lo que llegaron a convertirse: en uno de los platillos que nos dan identidad y tradición en Navidad.
Ensalada navideña
En México las ensaladas han sido parte de las comidas desde el siglo XVI. Los cocineros de Hernán Cortés prepararon una como parte del banquete con el que se celebró la llegada del virrey Antonio de Mendoza a la Nueva España.
Durante el siglo XVIII, como en los anteriores, ensalada quería decir mayormente lechuga picada, aunque después la palabra se usó para designar preparaciones con ejotes, chayotes, coliflor y cebolla, como lo demuestra el recetario colonial Libro de cocina del hermano fray Gerónimo de San Pelayo.
El cocinero mexicano, de 1831, es un documento en el que la ensalada de Nochebuena tiene un primer registro que al mismo tiempo es una celebración. En el primer tomo de este recetario antiguo, aparte de la receta podemos leer un veredicto:
“De todas las ensaladas la más pomposa y magnífica es sin contradicción la de Nochebuena; de suerte que podría llamarse ‘La Ensalada’ por antonomasia: ¡qué mezcla de cosas!, ¡qué abundancia de sustancias! Un platón de ella es la Plaza del Volador en miniatura y, en una palabra, es la olla podrida de viernes y en crudo.”
Y tu, ¿Qué cenaras en esta navidad?
Vía: eltecolote.mx
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