La fascinación por las algas ha llevado a Carlos Monroy a contribuir en la solución de un problema letal: la contaminación del aire. El biólogo de 27 años, CEO de BiomiTech, desarrolló una tecnología capaz de absorber agentes dañinos para salud como el monóxido de carbono, el óxido de nitrógeno y el azufre, con ayuda de microalgas.
La misión de BiomiTech es purificar el aire a partir de biotecnología. En poco más de dos años, esta startup ha desarrollado filtros bajo la marca BioUrban para diferentes sectores de la infraestructura urbana, tanto interiores como exteriores.
Hasta el momento Carlos y su equipo -conformado por Juan González, Manuel Priego y Ángel Bautista- han conseguido 5 millones de pesos por la venta de sus filtros BioUrban y su instalación en lugares como la ciudad de Puebla, Londres, Inglaterra, y Bogotá, Colombia, para disminuir los agentes contaminantes.
Al hacer una retrospectiva, Carlos no tiene duda: “Los sacrificios y los desvelos han valido la pena”, dice el joven que en septiembre pasado llevó su startup a ganar el primer lugar en el Innovation Award at the Contamination Expo Series 2018, celebrado en Birmingham, Inglaterra. “Este premio nos puso arriba de nuestra categoría, pues había empresas como 3M compitiendo con su tecnología amigable con el medio ambiente”, presume el biólogo.
Desde entonces BiomiTech se ha puesto en la mira de fondos de inversión y de empresas interesadas en ser sus distribuidoras. Pero Carlos lo está tomando con cautela. “Actualmente estamos en un proceso de valuación de la empresa y de diseño de un plan de negocios para captar capital de una manera más ordenada y así poder globalizar el proyecto”, afirma.
La génesis
El origen de BiomiTech surgió desde que Carlos egresó de la Facultad de Biología de la Universidad de Xalapa, en Veracruz, en 2015. Desde entonces quería llevar a la práctica su estudio en el diseño de sistemas de cultivo de microalgas. El proceso no fue fácil, reconoce Carlos, “nadie te cree y todos te cuestionan, pero los prototipos hablan por sí solos”. Desde hace tres años, el equipo de BiomiTech ha invertido en la generación de cuatro productos y ha fabricado alrededor de 12 prototipos demostrativos. Al arranque del proyecto se invirtieron 2 millones de pesos para los equipos de purificación de aire.
Unos inversionistas ángeles de la ciudad de Puebla fueron los primeros en confiar en este proyecto y ahí ya han implementado cuatro filtros en zonas urbanas, uno de ellos se ubica a las afueras del Complejo Cultural Universitario de dicho estado. Los jóvenes emprendedores se acercaron a la red de Endeavor, donde uno de sus miembros se convirtió en su inversionista.
Tras casi dos años en la etapa de desarrollo del producto, en 2017 comenzó la fase de comercialización. Fue entonces que con un producto ya probado se acercaron al Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) y en noviembre de ese año fueron seleccionados para ir a Boston al MIT para acercarse a inversionistas.
“Ahí tuvimos una red de contactos globales que nos han apoyado con ideas, y clientes también porque ahora ya tenemos una estructura internacional de distribuidores en Inglaterra, China y países de Sudamérica”, señala Carlos.
Este empuje llevó a BiomiTech a participar en junio pasado en el evento de emprendedores Latam Edge Awards en Londres, Inglaterra, junto con otras cuatro scaleups latinoamericanas. Ahí la startup obtuvo el primer lugar y se hizo acreedora a un proceso de aceleración con el objetivo de detonar la empresa allá y, como consecuencia, consiguió una alianza comercial con una empresa inglesa que se dedica a las tecnologías verdes. Ese fue el primer paso para después llevarse el Innovation Award at the Contamination Expo Series 2018, celebrado en Birmingham, Inglaterra.
La fotosíntesis
BiomiTech se basa en la economía circular, es decir, la revalorización de la contaminación. Sus filtros BioUrban transforman el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otras partículas finas (PM) en oxígeno y biomasa mediante el proceso natural de fotosíntesis realizado por las microalgas.
Primero se seleccionan las microalgas, que son células que crecen en aguas salobres, ríos y diferentes ecosistemas. BiomiTech identifica y aísla las algas que tienen las características de capturar grandes cantidades de agentes contaminantes atmosféricos. Para identificarlas se toma una muestra de un manto acuífero con una micropipeta, ahí se selecciona una sola célula y se pone a cultivar con el objetivo de tener las especies que tienen características de absorción de contaminantes.
Cabe mencionar que en estos años el equipo ha trabajado para hacer esta alga más tolerante a grandes concentraciones de contaminantes. “Le inyectamos humo y hacemos pruebas para que vaya mejorando de manera genética y natural”, dice Carlos.
La siguiente etapa es el reactor o la carcaza, es decir, el cultivo donde van a crecer estas algas y que al final va a definir el segmento del mercado al que va a ir dirigido el producto. Este reactor regula las características de crecimiento de las algas y suministra luz y burbujeo. Esto hace que las microalgas tengan acceso a los compuestos que hay en el ambiente y que los pueda metabolizar.
Actualmente BiomiTech tiene varios sectores del mercado para el caso de los purificadores de aire BioUrban: la movilidad urbana, calidad ambiental del gobierno y, en el área privada, los corporativos y la casa habitación. En la industria, por otro lado, tratan las emisiones fijas de los calentadores de agua y calefactores de aire y el sector gasolinero y de equipos de reparto de combustible para Pemex.
En esta última hay una oportunidad de negocio, pues este 2019 entrará en vigor una ley que obliga a las gasolineras a reducir la emisión de vapores en la megalópolis, es decir, la Ciudad de México y los estados aledaños y que corresponde a la NOM-004-ASEA, adelanta el biólogo.
En este proceso, revela Carlos, la mayor dificultad ha sido desarrollar tecnología contra tiempo y con presupuesto limitado para diseñar los prototipos. Este 2019 buscan llevará sus productos a Brasil e India.
“Al capturar la contaminación del aire generamos biomasa que es utilizada para generar energía bioeléctrica a través de biodigestores anaeróbicos”, explica el biólogo que ha diseñado sistemas domésticos e industriales, cuyo proceso de purificación se divide en dos etapas: la selección de la microalga y el reactor.
Por Yanin Alfaro | Vía entrepreneur.com
Deja un comentario